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NARCOTRAFICO

11 de julio de 2019

11/07/2019: Dictaron prisión preventiva para integrantes de la banda narco que operaba en Paraná y Concordia

Yo no vendo droga, no distribuyo ni tengo una organización para esas cosas”.

Estas fueron las primeras palabras de una extensa declaración indagatoria de Roberto José Sterz, el condenado por la cocina de cocaína que funcionaba en un campo de la zona norte de Paraná, ahora imputado por ser el proveedor de distintos puntos de venta de drogas en la capital provincial y Concordia.

Recientemente, el juez federal de Concepción del Uruguay, Pablo Seró, dictó el procesamiento para El Ruso Sterz y otras ocho personas acusadas de integrar la banda dedicada al narcotráfico, entre quienes la mayoría se defendió y sostuvo su inocencia.

El juez consideró, en la valoración de las pruebas, “un dato que debe destacarse”, al referirse a que “habrían sido varias las oportunidades en los cuales los imputados habrían desplegado un accionar mancomunado vinculado al transporte de estupefacientes, lo cual fue advertido y documentado por personal de la Policía federal en la investigación preliminar. De ahí que no es impropio señalar que esa puesta de acuerdo o coordinación entre ellos fue prolongada en el tiempo”.

Además de dictar el procesamiento de todos los acusados por comercio de estupefacientes agravado por la participación de más de tres personas, Seró resolvió la prisión preventiva para todos, salvo Rosales, por estimar que existen riesgos procesales de fuga y entorpecimiento de la investigación.
  “Soy inocente de esas cosas que me culpa”, insistió Sterz (defendido por el abogado José Velázquez) en su declaración ante el juez, y luego explicó: “Hay unas escuchas de un tal Ruso a quien se lo confunde conmigo; esa persona es un electricista de apellido M., que va siempre a comprar elementos de electricidad a mi negocio”. También se explayó al argumentar el contenido de otras escuchas que lo incriminan, sobre personas y situaciones.

“Yo no le di nunca orden a nadie, ni vendí ni nada. La gente que iba a mi ferretería es mucha, porque es venta por mayor y menor y siempre había ofertas, e iba mucha gente y algunas personas que tenían antecedentes las conocía del penal, iban a pedir fiado, de los cuales nunca se cobraba todo”, agregó Sterz.

Por último, explicó: “En las ventas diarias estaban mis hijos. A mi celular lo usaba para hablar con su familia y para el negocio, para hablar con proveedores. Quiero aclarar que nuca vendí droga ni manejé ninguna organización ni di una orden para tales cosas, lo quiero aclarar y jurar por la vida de mis hijos”.
Pese a los argumentos y el juramento de Sterz, el juez no le creyó y valoró más las hipótesis de los investigadores de la Policía Federal que comenzaron siguiendo las pistas de kioscos de droga en Concordia y, principalmente a través de las escuchas telefónicas, llegaron a este viejo conocido del narcotráfico.

“En las presentes actuaciones se investigaba a los imputados por presumirse que desarrollaban actividades en infracción a la Ley de drogas, esto es el ocultamiento y/o almacenamiento, financiamiento, transporte, fraccionamiento y comercialización de sustancias y/o elementos relacionados”, sostuvo Seró al inicio del procesamiento, y sobre el rol de Sterz, detalló: “Sería el jefe de la organización; quien se encuentra cumpliendo libertad condicional en orden a conductas delictivas en infracción a la ley de drogas, siendo que en su lugar de trabajo se concertaban las reuniones para organizar la comercialización del material estupefaciente, como así también era quien realizaba las maniobras de pago y cobranzas de lo producido por la venta de las sustancias en dicho local comercial”.

 Entre las pruebas que mencionó para fundamentar la acusación, el juez citó una conversación entre un tal Cachi y otro imputado, José Lolo Gamarra, de Concordia, en el cual éste mencionó a quien sería Sterz: “Te digo así nomás medio rapidongo; hoy estuve toda la mañana con el tío Roberto, después que terminé el reparto; y ahí adentro del penal se escuchó el nombre de tu pariente ehh; medio que ya está medio entre las pinzas, así que cuando vos puedas avisale, yo no le quise mandar mensaje de mí teléfono para que no diga que yo te digo, pero me dijo el Roberto, decile al Chanchi que ya está”.

Roles, acusaciones y descargos

En el procesamiento el juez detalló el rol que le asigna a los demás acusados.

Matías Servant “sería la mano derecha de Sterz. Habría sido quien realizaba los traslados, entregas y cobranzas del material estupefaciente y dinero producto de las ventas. Su domicilio, en calle Juan de la Cruz 224 de Paraná fue allanado (...) En la verdulería se halló sustancia pulverulenta (7,9 kilos)que se trataría de Keratina, otras dos bolsas que arrojaron un peso de 5 y 4,9 kilos, que se trataría de ácido salicílico y debajo de esas bolsas se halló otra bolsa de color blanca con sustancia que arrojó resultado positivo para cocaína”.

 



En su defensa, el muchacho de 31 años explicó los vínculos con otros imputados, y respecto a Sterz dijo: “El único vínculo que me une a él es que soy remisero, lo buscaba a las 7 por Pre-Egreso, que queda en frente a la Unidad Penal (de Paraná) de lunes a domingo y lo llevaba a su local comercial, y luego lo pasaba a buscar a las 14 para regrese a las 14.30, lo conocí trabajando de remisero, tenía mi auto, él me ofreció esa changa mensual porque necesitaba que sean puntuales, y acepté, no tenía problema con eso”.

Acerca de Cristian Martínez, sobrino de Gamarra y de Sterz, el juez sostuvo que “se proveería de Servant, con la anuencia de Sterz. En momentos previos al viaje que realizara Gamarra y del cual se le secuestrara material estupefaciente, fue visto arribar a un domicilio para hacer la entrega de la droga”.

 

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